viernes, noviembre 30

Felipe Calderón y el juicio de la historia


David Martínez
Hoy, a las 23:59 horas finaliza la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa.  En estos días, la administración 2006-2012 y su titular, son parte de múltiples análisis y reflexiones mediáticas.  Aunado a lo anterior, se han presentado encuestas, en las que Calderón Hinojosa tiene una calificación en la opinión pública de no más de 5, lo cual representa la calificación más baja que ha tenido un presidente de México en sus últimos meses de gobierno. 

El panista Felipe Calderón no perdió ninguna oportunidad mediática para dirigirse a la nación y hacerle ver y sentir los beneficios que dejó su presidencia; hablarle a los mexicanos sobre los resultados en materia social y económica, que -según él- deja una "patria más fuerte".  Cada analista político, cada integrante de los espacios informativos (radio, televisión y medios digitales) y cada ciudadano como usted, amable lector, como quien escribe estas líneas, hemos emitido un juicio sobre el sexenio que hoy concluye. 

Pero hay un juicio que mañana, 01 de diciembre a las 0:00 hrs dará comienzo: un juicio puro, imparcial, sin intereses; en el que no hay un jurado plural, en el cual no puede haber compra de voluntades ni hay cabida para las diferentes expresiones políticas. Un juicio en donde solamente existe un "justo juez", la historia de México, y es con quien el próximo ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa  tendrá una cita.

La guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado emprendida por Felipe Calderón dejó muchas muertes y demasiadas secuelas en el ánimo de la sociedad. Esta guerra es calificada como estúpida en donde al final, el gobierno federal se lleva la derrota. Pero será la historia la que en los próximos años se encargará de demostrar con pruebas fehacientes si esa guerra tuvo sus beneficios en materia de seguridad.  En materia económica y social, la historia también se encargara de enjuiciarlo y será en los próximos años cuando los mexicanos podremos ver si fueron las acciones y programas adecuadas en favor del desarrollo del país. 

Felipe Calderón también será enjuiciado por no haber ejercido el poder presidencial como se debe. Si con el presidente Vicente Fox (2000-2006) la presidencia empezó a debilitarse en sus diferentes formas, en aras de no ejercer un gobierno autoritario, fue en el sexenio de FCH en donde la figura presidencial estuvo caracterizada por la debilidad y pasividad excesivas y que, en consecuencia, agravaron algunos problemas del país, debido a la falta de decisiones adecuadas, fuertes y un tanto difíciles de tomar pero necesarias.  

Durante su sexenio, Calderón Hinojosa tuvo muy presente a un personaje de la historia de México: Francisco I. Madero, al que en la verdadera historia se refleja como el  "demócrata impuro". Y al igual que su antecesor, FCH termina su periodo presidencial como un "demócrata impuro" y como tal, tendrá su juicio como un traidor a la democracia.  Esa por la cual luchó desde su partido y durante años, al lado de militantes a los que en los últimos meses de su sexenio traicionó con su comportamiento durante la elección presidencial y con ciertas declaraciones que en política no deben realizarse, lo que demostró la ignorancia del panista sobre lo que debe y no debe hacerse estando en la silla presidencial, al igual que su espiritista y homeópata, Francisco I. Madero y que por lo mismo le costó la vida hace ya casi 100 años.

El juicio de la historia de México sobre Felipe Calderón no tendrá término. A  lo largo de los años venideros, durante la actual y futura generaciones, su gestión, sus decisiones sobre la política social, económica y especialmente sobre la seguridad tendrán múltiples reflexiones y serán tomadas como referencias en diferentes espacios mediáticos y en las mentes de aquellos ciudadanos sumamente interesados en los asuntos socio políticos del país, dependiendo del curso de la vida que éste tome y de las decisiones de los futuros gobernantes y de sus gobernados que, en su mayoría, por desgracia, no tienen memoria.

Ejemplo de que el juicio de la historia no tiene término es el que aún tiene el General Porfirio Díaz. Luego de los 70 años del PRI en Palacio Nacional y los 12 años de gobiernos panistas, el porfiriato se considera como la época en la que el país tuvo un mejor desarrollo, un respeto y reconocimiento a nivel mundial como nunca lo había tenido. Si no hubiera existido la revolución mexicana, otro México sería en el que estuviéramos viviendo.

Este sábado 01 de diciembre comenzará a escribirse una nueva página de la historia de México. El Partido Revolucionario Institucional regresa a Los Pinos para gobernar nuevamente al país. Los sexenios presidenciales ejercidos por el PRI, son recordados por sus formas y procolos  casi imperiales. Era una clásica forma de la política mexicana del siglo XX, la manera en la que cada seis años se hacía el cambio del "rey del Palacio Nacional" bajo unas cuestionadas elecciones, y como a los cuatro años siguientes, surgían nuevos príncipes de entre los cuales saldría, con base en el "dedazo del presidente", icónica figura sexenal. El hombre con el que el PRI seguiría gobernando el país. 

El sexenio 2012-2018 será para el PRI, a través del presidente electo, Enrique Peña Nieto, una gran oportunidad de pasar a la historia como un partido capaz de ejercer una presidencia que respeta la pluralidad, la libertad de expresión ciudadana y de medios, la democracia y la alternancia en el poder. Está en Enrique Peña Nieto pasar a la historia como un presidente diferente a sus antecesores del siglo XX y no como una versión moderna del emperador, Agustín de Iturbide.

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