lunes, octubre 3

La elección de un gobernador que duró 14 días. (Primera parte)

Por: David Martínez
Hace 20 años, San Luis Potosí vivió un clima político muy tenso por la elección de gobernador para el sexenio 1991-1997, un ambiente que comenzó a calentarse desde antes de los destapes de candidatos dado a que se presentaron circunstancias nunca antes vistas y que generaron una incertidumbre en todos los sectores de la sociedad potosina. Una inusual elección de candidatos a gobernador llamó la atención de los medios nacionales.

El más viable y fuerte por el Partido Revolucionario Institucional era Gonzalo Martínez Corbalá, de un momento a otro, se haría oficial el destape. Los partidos de oposición hablaban de una coalición teniendo como candidato al Dr. Salvador Nava Martínez, dos veces alcalde de la capital potosina y candidato a la gubernatura en 1961. Sin embargo, no había seguridad total de que Nava participara en la elección; un cáncer en la próstata llevó al galeno a ser internado en el Instituto Nacional de Nutrición.

Finalmente y luego de ser sometido a un tratamiento que fortaleció su salud, Nava es ungido como candidato de la coalición opositora formada por el PAN, PRD, PDM y el Frente Cívico Potosino. Era el 24 de febrero, día en que se logró una coalición nunca antes vista en el país.

Por su parte, en el Partido Revolucionario Institucional y cuando de un momento a otro se esperaba el destape del “candidato de unidad”, el más fuerte aspirante a la candidatura, Gonzalo Martínez Corbalá, es designado por el entonces presidente de la república, Carlos Salina de Gortari, como director del Infonavit. Los “focos rojos” se prenden en el instituto político, la gran pregunta que circuló en toda la clase política local y de la capital de la república fue: ¿y ahora quién será el abanderado del PRI? Sin embargo, el 28 de febrero, el nuevo director del Infonavit, Martínez Corbalá destapó, mediante un fax enviado de sus oficinas, a Fausto Zapata Loredo como el “candidato de la unidad”.

Con Fausto Zapata como candidato del PRI, y Salvador Nava como el candidato de la coalición, arrancaron las campañas para buscar el voto de los potosinos que acudirían a las urnas el 18 de agosto. A medida que pasaban los días, las semanas, el ambiente político electoral se iba sobrecalentando. Los priístas acusaban a los navistas de ser violentos e intolerantes. Los navistas, por su parte, acusaban a los priístas de ser corruptos e instigadores de la violencia. Las cosas no pintaban una elección tranquila. San Luis Potosí estaba la entidad más observada por los analistas políticos y medios nacionales.

La revista de circulación nacional llamada “Proceso” documentó: “Se propuso un debate entre candidatos. Zapata acusó a Nava de rehuirlo; éste lo negó, pero dijo que su aceptación estaba condicionada a que en ese debate se discutiera la historia política de los aspirantes. Zapata se negaba a hablar de su pasado; decía que lo importante era el futuro. Nava sostenía que cualquiera podía hablar de programas de gobierno, pero que el pasado político de quienes los propusieron los avalaban. En contra de Zapata jugaba su pasado echeverrista y lopezportillista. “No se puede ser honesto hoy y corrupto ayer” (expresó Salvador Nava”

Se llegó el día de la elección. A dos horas de la apertura de casillas, los navistas denunciaron la intención del fraude electoral: múltiples irregularidades en la instalación de casillas, rechazo y expulsión de representantes de casillas y un padrón electoral cuya selectividad fue documentada por investigadores de la Universidad Autónoma de México.

A las 12 de la noche, Fausto Zapata Loredo se declara ganador de la elección. Los partidos de oposición declaran que según sus cifras, Nava es el virtual gobernador de San Luis Potosí. Denunciaron que Zapata hizo fraude y que no aceptarían el resultado.

Lo más difícil para la sociedad potosina, apenas iba a comenzar.

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