Mucho
se ha hablado sobre la misteriosa muerte de Marilyn Monroe, uno de los
rostros femeninos más hermosos de Hollywood. Cada 5 de agosto, vuelven a
salir hipótesis sobre su muerte ocurrida en esa fecha pero de 1962.
¿Asesinato o suicidio? Una pregunta con cientas de respuestas. Sobre
este punto no se tratará en el espacio del día de hoy, sino sobre la
mujer, sus gustos, sus aficiones, demostrar que no era la clásica “rubia
tonta” como la han calificado algunos críticos.
Para
recordar de manera positiva a uno de los íconos de la época dorada del
mundo del celuloide, me remito a la Enciclopedia sobre Marilyn Monroe,
escrita por Adam Víctor, y referirme sobre una de sus aficiones, la
lectura.
Plenamente
consciente de su poca educación escolar, Marilyn Monroe fue la mujer
que más leía en Hollywood; desde los sonetos de Shakespeare hasta Obras
de Colette pasaron por sus manos. Se la veía en los descansos de rodajes
leyendo libros, “De los pesados, no de los delgados”, señaló en una
ocasión su doble Evelyn Moriarty.
Se
entretenía con “Los hermanos Karamazov” de Dostoievsky, con “Ulises” de
James Joyce, entre otros títulos. La mujer más deseada fue vista en
numerosas ocasiones estudiar un ejemplar de “De humanis Corporis
Fábrica” un tratado del siglo XVI sobre anatomía humana. Sentía una
especial atracción por la literatura rusa como los relatos cortos de
Tolstoi y de Chéjov. En 1961, durante las tres semanas que estuvo en el
hospital debido a un problema psicológico, pasaba noches en vela
estudiando las cartas de Sigmund Freud.
La
enciclopedia registra que una de las excusas más originales que Marilyn
Monroe adujo para justificar su impuntualidad fue durante el rodaje de
“Con faldas y a lo loco”; se dice que en un momento que estaba tan
absorta en la lectura y cuando el ayudante del director fue a buscarla,
la rubia mujer le dijo: “¡Vete y no molestes!”
La
lectura fue una gran afición de Marilyn Monroe y es una parte
desconocida por muchos aficionados y que solamente la ven y la admiran
como un símbolo sexual. Sin embargo, Marilyn Monroe adquiere más
relevancia como ícono y como mujer si se la conociera como ser humano,
con sus gustos y aficiones, un lado en donde también, en un ser
femenino, especialmente en las actrices, se puede identificar la
elegancia y el glamour.